¿Sobrevivieron al “SAN MARKETING”? como le dicen a San Valentín, mis amigas estudiantes de mercadotecnia y contaduría, (estas son grandes ironías de la vida), para los que rebasamos el umbral del 14 del febrero sin comprar rosas en las esquinas, sin recibir globos y cartas platónicas, les quiero decir adelante, continuemos abiertos a las posibilidades, a los que fuimos por dos tragos en un simulacro de sintetizadores, los que nos quedamos en casa porque era demasiado fingir que no pasaba nada afuera, los que intentamos marcar números lejanos, luego desistimos, además un gran abrazo por todos aquellos que sí lograron conectarse con un ser querido, un beso fuerte a los que en plena faena se dieron cuenta que estaban con la persona equivocada.
¡ Ayer ¡ Muchas parejas discutieron por la ocasión, otros se vistieron bonito se regalaron peluches, luego se sintieron muy decepcionadas consigo mismos, advierto las hermosas parejas haciendo el amor en planos reales, los novios a distancia que pasaron horas en la red, cuantas nuevas coincidencias entre dos personas sucedieron, los que por fin confesaron ser admiradores secretos, las cenas elegantes, las serenatas inesperadas, los correos electrónicos pidiendo perdón, las proposiciones de matrimonio, las reconciliaciones, las bodas arregladas, las novias embarazadas, los divorcios resueltos, las infidelidades superadas, los hombres y mujeres ambos solos añorando el pasado, todos ensimismados con las fechas.
Los que razonaron un poquito repetían para sentirse cómodos que el amor y la amistad son cosas de todos los días, me quede callada, pensaba en lo que había dicho el señor Reygadas la noche anterior, sobre la necesidad del ser humano de encontrar asociaciones, a lo que le añado, es una forma de confirmar nuestra existencia; de alguna manera nos vamos configurando a través de vínculos personales que definen en mucho la sucesión de eventos en nuestra vida, de ahí se desprende la importancia y la preocupación misma por las redes sociales.
Lo interesante reside en los calificativos con los que solemos denominar a estos vínculos, novio, esposo, hijo, amigo, compañero, asesor, conocido, vecino, amante, hermano, socio, por mencionar algunos, después le añadimos un adjetivo, por citar un ejemplo -pésimo amante-; sin saber que las cosas suceden en formas indeterminadas para la mayoría y que los portadores de dichas categorizaciones son ante todo seres que urgentemente recurren a otros seres, con diversas intenciones aunque son sus pretensiones las que les designan dichos calificativos, el evidenciar por medio de denominaciones se da como un recurso para facilitar las intervenciones posteriores en las cuales tengas que explicar el origen de tu relación con dicha persona.
Más allá de un elemento del lenguaje, debemos considerar el derecho inherente de cada individuo, recordar constantemente que simplemente es un rol, que ha decidido adoptar, que un compromiso personal no define la totalidad de su persona, y no olvidar que antes de ser un novio, esposo, hijo, amigo, compañero, asesor, conocido, vecino, amante, hermano, socio, es un ser humano con libertades.
Estos son algunos de los riesgos de las fechas conmemorativas, como bien supone la teoría de la cosificación, dar un estereotipo y convertir en objetos a seres animados, privarlos de su libertad de acción, limitar fundamentando ideas preconcebidas de una persona.
Como parte del desarrollo cultural y social las celebraciones son acceso a las catarsis colectivas y una posibilidad de aproximación física, emocional, psicológica y espiritual, que enriquecen la gama de experiencias particulares, evitar o negarse totalmente resultaría ser una carencia, solo nos queda estar con la gente con la que compartimos nuestro afecto, brindar felices y con la conciencia plena de la trampa que implican estas fiestas.
¡ Ayer ¡ Muchas parejas discutieron por la ocasión, otros se vistieron bonito se regalaron peluches, luego se sintieron muy decepcionadas consigo mismos, advierto las hermosas parejas haciendo el amor en planos reales, los novios a distancia que pasaron horas en la red, cuantas nuevas coincidencias entre dos personas sucedieron, los que por fin confesaron ser admiradores secretos, las cenas elegantes, las serenatas inesperadas, los correos electrónicos pidiendo perdón, las proposiciones de matrimonio, las reconciliaciones, las bodas arregladas, las novias embarazadas, los divorcios resueltos, las infidelidades superadas, los hombres y mujeres ambos solos añorando el pasado, todos ensimismados con las fechas.
Los que razonaron un poquito repetían para sentirse cómodos que el amor y la amistad son cosas de todos los días, me quede callada, pensaba en lo que había dicho el señor Reygadas la noche anterior, sobre la necesidad del ser humano de encontrar asociaciones, a lo que le añado, es una forma de confirmar nuestra existencia; de alguna manera nos vamos configurando a través de vínculos personales que definen en mucho la sucesión de eventos en nuestra vida, de ahí se desprende la importancia y la preocupación misma por las redes sociales.
Lo interesante reside en los calificativos con los que solemos denominar a estos vínculos, novio, esposo, hijo, amigo, compañero, asesor, conocido, vecino, amante, hermano, socio, por mencionar algunos, después le añadimos un adjetivo, por citar un ejemplo -pésimo amante-; sin saber que las cosas suceden en formas indeterminadas para la mayoría y que los portadores de dichas categorizaciones son ante todo seres que urgentemente recurren a otros seres, con diversas intenciones aunque son sus pretensiones las que les designan dichos calificativos, el evidenciar por medio de denominaciones se da como un recurso para facilitar las intervenciones posteriores en las cuales tengas que explicar el origen de tu relación con dicha persona.
Más allá de un elemento del lenguaje, debemos considerar el derecho inherente de cada individuo, recordar constantemente que simplemente es un rol, que ha decidido adoptar, que un compromiso personal no define la totalidad de su persona, y no olvidar que antes de ser un novio, esposo, hijo, amigo, compañero, asesor, conocido, vecino, amante, hermano, socio, es un ser humano con libertades.
Estos son algunos de los riesgos de las fechas conmemorativas, como bien supone la teoría de la cosificación, dar un estereotipo y convertir en objetos a seres animados, privarlos de su libertad de acción, limitar fundamentando ideas preconcebidas de una persona.
Como parte del desarrollo cultural y social las celebraciones son acceso a las catarsis colectivas y una posibilidad de aproximación física, emocional, psicológica y espiritual, que enriquecen la gama de experiencias particulares, evitar o negarse totalmente resultaría ser una carencia, solo nos queda estar con la gente con la que compartimos nuestro afecto, brindar felices y con la conciencia plena de la trampa que implican estas fiestas.